viernes, 5 de octubre de 2012
¡Qué vergüenza, monseñor Rouco, qué vergüenza!
El
silencio de la mayoría de los jerarcas de la Iglesia española ante la crisis
inacabable que padecen, y cada vez más, muchísimos ciudadanos –sobre todo los
más débiles- es estruendoso. Es fundamentalmente impúdico.
Los
recortes no llegan a la Iglesia: este año Rouco recibirá 249,2 millones,tres
más que en 2011 Rouco Varela, sus cardenales y obispos afines pasan
olímpicamente de cuanto está sucediendo al respecto en nuestros país. No son
capaces siquiera de evocar aquella impactante parábola de Jesús de Nazaret
sobre el rico Epulón y el pobre Lázaro. ¿La recuerda al menos la jerarquía
eclesiástica?
Religión
de Estado Sólo predican estos capellanes
-con mando en plaza- cargando contra las bodas gays, el aborto, los condones,
el relativismo, los socialistas y otros
partidos de izquierdas. Son represores al máximo desde que el cristianismo pasó
a ser una religión de Estado. Ya lo
escribió Miguel de Cervantes en El Quijote: “Con la Iglesia hemos topado [o
dado], amigo Sancho”. Conviene, en efecto, no olvidarse de la Inquisición y sus
hogueras asesinas.
Entregado
al poder político Rouco calla para no enojar al Partido Popular y,
especialmente, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Entre el poder
político y los indignados -que cada uno de ellos tiene más razón que un santo-
el cardenal arzobispo de Madrid, y presidente de la Conferencia Episcopal
Española, está entregado al poder político
conservador.
El
pago del IBI Rajoy le perdonó al jefe de la Iglesia el pago del IBI. Ahora
sabemos además que no sólo el Gobierno no ha recortado los dineros, que son
millones
de euros enviados a la Iglesia, sino que este año se incrementará
esta
partida de los Presupuestos Generales del Estado.
Los
mercaderes del templo Rouco y sus comparsas se parecen a los mercaderes del
templo. Cuando Jesús de Nazaret les echó a latigazos les dijo: “No hagáis de la
casa de mi padre un mercado”. Rouco y los suyos lo siguen haciendo. No han
condenado, con una carta pastoral, al capitalismo salvaje o al neoliberalismo,
que se esparce violentamente por la senda de la crisis. Ni han criticado la
política
anticrisis de Rajoy ni han condenado a Epulón y sí al pobre Lázaro. ¡Qué
vergüenza, monseñor Rouco, qué vergüenza!
Enric
Sopena es director de ELPLURAL.COM
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